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ROMANCES PARA NIÑOS

LA PÉRDIDA DE ALHAMA

Paseábase el rey moro por la ciudad de Granada,
desde la puerta de Elvira hasta la de Bibarrambla.
Cartas le fueron venidas que Alhama era ganada.
Las cartas echó en el fuego, y al mensajero matara;
echó mano a sus cabellos y las sus barbas mesaba.
Descabalga de una mula y en un caballo cabalga;
por el Zacatín arriba subido se había a la Alhambra.
Desde que en la Alhambra estuvo, al mismo punto mandara
que se toquen las trompetas y los añafiles de plata
y que las cajas de guerra, apriesa toquen al arma,
porque lo oigan los moros, los de la Vega y Granada.
Los moros que el son oyeron que al sangriento Marte llama,
uno a uno y dos a dos, juntado se ha gran batalla.
Allí habló un moro viejo, que era alguacil de Granada:
-¿Para qué nos llamáis, rey, para qué es esta llamada?
-Habéis de saber, amigos, una nueva desdichada:
que cristianos de braveza ya nos han ganado Alhama.
Allí habló un alfaquí de barba crecida y cana:
—¡Bien se te emplea, buen rey, señor, bien se te empleara!
Mataste los Bencerrajes, que eran la flor de Granada;
acogiste a los judíos de Córdoba la nombrada.
Por eso mereces, rey, una pena muy doblada:
que te pierdas tú y el reino, y que se pierda Granada.

Este romance está inspirado en la toma de Alhama por el ejército cristiano el 28 de febrero de 1482 que precedió a la conquista de Granada.

Romance del moro que perdio Alhama. Joaquín Díaz

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