No me gusta mi pequeña
mirar tu carita triste,
-te cuento- nació una estrella
el día en que tú naciste.
A mis niñas
No llores mi renacuajo
porque tu color sea gris,
es lo último a la moda!
por eso naciste así.
No llores mi renacuajo
por ser tu cabeza grande,
piensa que la inteligencia
necesita acomodarse.
No llores porque te han dicho
que tu cola es fea y rara,
piensa que ellos la quisieran
y por eso les da rabia.
No llores renacuajito
chiquitico de mamá.
Que te espera una sorpresa
-te lo juro- ¡ya verás!
Deja a todos que critiquen,
que se burlen, -porque tú-
verás la cara que ponen:
cuando seas Príncipe Azul.
Ayer me encontré a Pinocho,
iba con su grillo Pepe
a ver al hada madrina
de la sonrisa celeste.
Para pedirle un deseo,
para ver si le concede:
la magia de ser un niño
pues su nariz ya no crece.
Como no dice mentiras,
será un buen niño..., ¿no crees?